Los Yoga Sutras de Patanjali

Los Yoga Sutras de Patanjali es un texto que cubre muchos aspectos de la vida, comenzando con un código de conducta y terminando con el objetivo del yoga, una visión del verdadero Ser de uno. Los Yoga Sutras de Pantajali son probablemente el texto más autorizado sobre yoga. Define el yoga como enfocar la atención a cualquier objeto que se esté contemplando con exclusión de todos los demás. El yoga no se trata solo de posturas o meditación, es una forma de vida o religión. En esta escritura influyente hay ocho pasos para el despertar o la iluminación a través del yoga. Estos ocho astanga o ramas del yoga son: yamas, niyamas, asanas, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi.

 

Los yamas consisten en lecciones de conducta moral y social en nuestro entorno. Nos enseña a abstenernos de mentir, robar y codiciar. La no violencia y la consideración hacia todos los seres vivos es la clave. Se venera la comunicación con sensibilidad hacia los demás y moderación en todo lo que hacemos.

 

El niyama se centra en las actitudes hacia nosotros mismos: compromiso, limpieza, serenidad, devoción y ascetismo. Uno debe estudiar y reverenciar una inteligencia superior. Hay una aceptación de nuestras limitaciones en relación con Dios. Es clave haber eliminado las impurezas de la mente y el cuerpo.

 

En las asanas, uno se enfoca en la práctica de la postura, posición ando el cuerpo mientras se incorpora la respiración para lograr una mayor conciencia en la mente. Uno está alerta y relajado sin tensión, mientras observa las reacciones del cuerpo y la respiración a diversas posturas. Esto minimiza el efecto de las influencias externas en el cuerpo, como la dieta y el clima.

 

Pranayama, o la contención y el control de la respiración, ayuda a concentrar, energizar y equilibrar la mente y el cuerpo.

 

Pratyahara es la relajación de los sentidos, donde ninguna distracción activa la mente.

 

Dharana, o concentración, es la capacidad de dirigir la mente hacia un objeto elegido y enfocarse solo en él.

 

Dhyana, o meditación, es la capacidad de desarrollar interacciones enfocadas con lo que buscamos comprender.

 

Por último, pero lo más importante, Samadhi es el estado último de realización del Ser, o unión con la Fuente.