Cuándo y cómo meditar

Cuándo y Cómo Meditar

Una vez que hayas decidido invertir tu tiempo y esfuerzo en aprender a meditar, también es importante decidir cuándo y cómo meditar. La meditación ofrecerá muchos beneficios en las áreas de salud, concentración, estrés, ansiedad y alegría.

Reservar un Tiempo Dedicado

Reservar un tiempo dedicado es un componente muy importante de la meditación. Asegurarte de que todos respeten tu compromiso también es vital para el éxito de tu experiencia de meditación.

Hacer un Compromiso

El primer aspecto y probablemente el más importante de comenzar la meditación es comprometerse de todo corazón desde el principio. Cuando hables de meditación, hazles saber a todos que vas a meditar como parte de tu rutina. No digas que vas a “intentar” meditar; eso solo te preparará para un escape fácil desde el principio. Asegúrate de que tus palabras y acciones estén alineadas con el compromiso de meditar.

Elige una Hora

Elige una hora del día o de la noche y comprométete a ceñirte a esa hora y fecha. Asegúrate de elegir un horario que siempre sea conveniente para ti, sin interrupciones. Si eso significa encerrarte en tu habitación por un período de tiempo antes de acostarte, obtén un letrero que diga que la meditación está en práctica y no moleste. Si eliges practicar la meditación por la mañana, levántate unos minutos antes todos los días para comenzar a meditar.

Con Qué Frecuencia

Cuando empieces a meditar, mantén tus expectativas bajo control. Comienza lentamente y aumenta el tiempo gradualmente. De esta manera, no comenzarás en un nivel demasiado alto con demasiadas expectativas y luego no te sentirás decepcionado. Dale tiempo.

Comienza con intervalos de 15 minutos cada mañana. La mañana es mejor porque tu cuerpo no se ha despertado por completo a los factores estresantes del día. A partir de entonces, cuando comiences a ver las recompensas de la meditación, podrás aumentar y ajustar tu horario en consecuencia.

Postura

Otro aspecto importante de la meditación es tu postura. Una pose demasiado rígida o demasiado holgada disminuirá la experiencia de meditación. Siéntate con la columna en posición vertical, pero no demasiado rígida. Siéntate en el suelo sobre una manta o colchoneta cómoda. Asegúrate de que tu cuello esté recto y tus hombros no encorvados, pero recuerda relajar tus brazos y piernas.

Puede llevar algún tiempo ajustar tu posición, pero con el tiempo, te darás cuenta de cuál es la posición correcta una vez que hayas experimentado.

Paciencia y Práctica

No esperes ser transformado milagrosamente al principio. La meditación, como cualquier otra cosa, requiere tiempo, paciencia y práctica. Al dedicarte a esta práctica, comenzarás a notar cambios sutiles pero significativos en tu bienestar mental y emocional.

Recuerda que la clave para una meditación efectiva es la constancia y el compromiso. Con el tiempo, descubrirás que meditar se convierte en un refugio en tu vida diaria, un momento de calma y conexión contigo mismo.

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