El mundo se está obsesionando con el dinero y todo lo material. Desde el tamaño de su casa, el tipo de automóvil e incluso el lugar al que viaja en sus vacaciones, algunas personas están tratando de ir mejor que sus amigos y familiares.
Para mí esta gente está bastante triste. Tengo un amigo que es similar a las personas de arriba, siempre está pensando en dinero, siempre hablando de dinero. Cómo ganarlo, cómo gastarlo, etc. Es parte de un sindicato de loterías, hay unas cincuenta personas en este sindicato. Cuando sale el sábado por la noche, siempre lleva consigo un papel con los números y un bolígrafo. Alrededor de las nueve en punto llama a su novia y ella le dice cuáles son los números para esa noche en particular. Luego pasa alrededor de veinte minutos revisando los números y luego volviendo a revisar para ver si tiene alguna línea ganadora.
Luego regresa del área del baño y otros miembros del grupo le preguntan cuánto ha ganado / perdido. Aún no ha obtenido una victoria importante hasta este momento, sin embargo, esto no lo disuade y durante la próxima hora, iniciará un debate, preguntando a diferentes personas cómo gastarían sus ganancias, si alguna vez ganaran la lotería.
Para mí, las dos cosas más importantes de la vida son la salud y la felicidad. Estas son dos cosas que el dinero no puede comprar. Hace algunos años, mi padre se puso muy enfermo. Tuvo que pasar unos cinco meses en el hospital y solo tenía cincuenta y siete años. Temí lo peor, a pesar de que estaba haciendo todo lo posible por pensar y mantener una actitud positiva. Recuerdo que pensé, si pudiera darles a esos médicos todo lo que tengo en el mundo, aún no lo ayudaría.
La felicidad es la misma, a veces he tenido mucho dinero en efectivo en mi bolsillo trasero, sin embargo he estado bastante deprimido. En otras ocasiones casi no he tenido dinero y he sido extremadamente feliz.
