Diferentes formas de meditación

No hay trucos especiales para meditar; no se requiere una postura especial o un ritmo respiratorio. Una vez que lo domine, puede meditar en cualquier lugar durante cualquier actividad. Algunos lectores han logrado alcanzar este estado alterado de conciencia mientras leían sobre mi meditación en la arena, tal vez usted también pueda darse cuenta de este estado de conciencia transformacional a medida que sigue leyendo …

A veces, la meditación abre una puerta a los misterios de la creación. Si nos permitimos pasar por esta puerta, no se sabe lo que podemos encontrar en el otro lado. No se desanime si ha intentado meditar en el pasado y no ha obtenido ningún resultado notable. La meditación es un proceso místico y puede llevarte un tiempo aprender a calmar tu mente y abrirte a todo lo que el momento presente tiene para ofrecerte.

Mi meditación comenzó mientras estaba sentado en la playa. Mis manos estaban arenosas. Me froté el pulgar y el índice sintiendo que los granos de arena entre ellos se deslizaban hasta que solo quedaba un grano de arena.
Podía sentir claramente la forma del grano de arena mientras lo movía hacia adelante y hacia atrás entre el pulgar y el índice.

Cuanto más rodaba el grano de arena, más definida se volvía mi conciencia del grano de arena. Cuanto más detallada se volvía mi experiencia del grano de arena, más grande parecía ser.
Si bien podía sentir claramente el diminuto grano de arena atrapado entre mi pulgar y mi dedo rodar a través de los surcos y crestas de mis huellas dactilares, el grano de arena parecía hacerse más y más grande mientras lo contemplaba.

El grano de arena siguió creciendo, abarcando la playa y luego el mundo. En poco tiempo, el grano de arena había crecido hasta un tamaño infinito y ahora abarcaba toda la creación; sin embargo, todavía sostenía el diminuto grano de arena entre el pulgar y el índice, y lo hacía rodar por los surcos y crestas de mis huellas digitales.

El pequeño grano de arena estaba íntimamente conectado con cada parte de la creación y toda la creación existía dentro de él, incluso como existía dentro de mi alcance. Me comuniqué con el grano de arena, consciente de su conexión infinita con todo lo demás; por medio del grano de arena me di cuenta de mi propia conexión infinita con toda la creación.

La arena me habló de la eternidad. Me contó historias sobre la creación y la naturaleza infinita de nuestra existencia en la creación. Del grano de arena aprendí que cada parte más pequeña de la creación es un ser vivo que experimenta la creación y participa en el proceso por el cual la creación hace que todo se manifieste.

Mi meditación con un grano de arena siempre producía una sensación de intensa dicha. Fue una meditación eterna que trascendió el tiempo y el lugar donde comenzó a continuar por toda la creación. De vez en cuando volvía a esta meditación, absorto por la sabiduría y la experiencia de un solo pequeño grano de arena.

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