Aura de bienaventuranza: Samadhi (trance), el cielo y la puerta de la salvación

¿Qué es el aura de bienaventuranza y cómo se relaciona con Samadhi, el cielo y la salvación?

La última y extremadamente importante envoltura que cubre un ser vivo es la envoltura de Bienaventuranza. Al descubrir esta envoltura, el ser humano no solo se acerca a Dios, sino que se convierte en una manifestación de lo divino. Se dice que el alma es una chispa de Dios, y su forma última se identifica con términos como Satya (verdad), Shiva (bondad), Sunder (belleza), y Dios mismo es considerado Sat (existencia), Chit (sabiduría), Anand (bienaventuranza). Ambos estados rezuman felicidad suprema, y el objetivo final de la vida es experimentar esta felicidad en su totalidad.

¿A dónde conduce esta filosofía?

Cuando la capa de la Bienaventuranza se purifica, una persona despierta la sabiduría de su alma y, en consecuencia, se convierte en una representación de lo divino. Esta transformación es comparable a la gloria de Dios. Este punto de vista espiritual se convierte en el néctar de la inmortalidad, y al lograrlo, uno puede experimentar las glorias divinas como la belleza, el aura y la dicha en cada momento.

¿De dónde proviene toda esta energía?

Generalmente, un ser vivo experimenta limitaciones. Sin embargo, en el fondo de nuestra personalidad interior existen potenciales infinitos que corresponden a los poderes del cosmos. El mundo denso se manifiesta a través de nuestro cuerpo, mientras que el mundo sutil es nuestra fuerza vital. La fuerza vital es más poderosa que el cuerpo físico. Comparada con los objetos materiales visibles, la energía invisible (como el calor, el sonido, la luz) es más potente. Cuando logramos conectar con esta naturaleza sutil, nuestras limitaciones se desvanecen y se manifiesta un poder ilimitado.

Las experiencias extraordinarias de potenciales extrasensoriales son ejemplos de esta conexión profunda. Al desenterrar el conocimiento de estos poderes divinos, podemos ver la divinidad manifestándose en los seres humanos y, por lo tanto, percibir a Dios en la humanidad. Este estado es un continuo manantial de felicidad suprema.

¿Qué sucede si no canalizo bien mi energía?

Las sensaciones divinas abundan en el mundo sutil, tanto externo como interno. Sin embargo, muchos no se benefician de esta abundancia debido a conceptos erróneos. Al igual que un ciervo almizclero que no se da cuenta de que la fragancia está en su propio cuerpo y, por lo tanto, corre desesperadamente en busca de ella, las personas a menudo buscan la felicidad en el mundo material, ignorando que la verdadera dicha reside en su interior.

La culpa no recae en Dios, quien nos ha llenado con dicha indescriptible, sino en nosotros mismos por no encontrarla dentro de nosotros. La verdadera aspiración hacia la bienaventuranza infinita debe empezar desde dentro.

¿Qué debo saber para no fracasar en mi búsqueda?

Dios ha creado el mundo como un jardín divino lleno de oportunidades para alcanzar la felicidad. Las dificultades que enfrentamos son a menudo el resultado de pensamientos distorsionados y contaminados. La bienaventuranza es nuestra naturaleza, mientras que el dolor es una ilusión que se ha superpuesto a esta naturaleza. Dios nos envió a este mundo para experimentar la dicha, no el dolor.

Al despojarnos de nuestro intelecto limitado y nuestras acciones egoístas, podemos acceder a la bienaventuranza infinita que nos pertenece por derecho. Es vital que entendamos la naturaleza de estos logros y los utilicemos para propósitos sagrados. Aquellos que fracasan en este esfuerzo solo experimentarán luchas y dolor.

¿Cómo puedo orientar mi mente hacia la bienaventuranza?

Dios es la manifestación de la dicha. Cada poro de un ser vivo es una salida de dicha. La naturaleza nos proporciona belleza y satisfacción, y nuestra vida está impregnada de dicha. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de esta verdad fundamental. Como dice el poeta-santo Kabir, “un pez que nada en el agua tiene sed”. De la misma manera, al no reconocer la dicha que ya reside en nosotros, nos perdemos en la búsqueda externa.

La práctica espiritual es fundamental para liberar esta bienaventuranza. Cuando el alma individual se une con el alma cósmica, se abre la puerta a la experiencia de la divinidad. La verdadera devoción no es simplemente un acto de adoración, sino una unión de aspiraciones y deseos con la grandeza de Dios.

¿Qué pasos debo seguir para alcanzar el estado de Samadhi?

La práctica espiritual relacionada con la capa de Bienaventuranza requiere que nos enfoquemos en el Samadhi, un estado elevado de conciencia. Este estado de trance no implica perder la conciencia, sino más bien calmar la mente y los deseos. Cuando la tormenta de deseos se apacigua, la persona puede visualizar su verdadera meta y avanzar hacia ella.

La meditación en estado de vigilia, donde la mente se enfoca en una dirección específica, es esencial. La práctica de Samadhi permite que la mente se fusione con el alma cósmica, conduciendo a la iluminación. Esta experiencia es única y profundamente transformadora.

¿Puedo alcanzar la salvación y la bienaventuranza en esta vida?

La salvación, o Moksha, no es un concepto que solo se obtiene después de la muerte. Uno puede alcanzar la liberación mientras todavía está vivo. Esta liberación se llama “Jeevan-Mukti” y es la esencia de la salvación. La purificación del alma y la transformación de la mente son fundamentales para lograrlo.

Las enseñanzas de los sabios indican que un Jeevan-Mukta es aquel que ha superado sus deseos egoístas y ha alcanzado un estado de paz interior. Al renunciar al ego y actuar con ecuanimidad, uno puede experimentar la dicha eterna.

¿Cuál es el verdadero cielo y cómo se relaciona con la bienaventuranza?

El cielo no es simplemente un lugar al que vamos después de la muerte. Es un estado de conciencia y un punto de vista elevado. Alcanzar la bienaventuranza eterna es el verdadero objetivo de la vida. Para lograrlo, es necesario purificar nuestra alma y reconocer que la verdadera dicha proviene de la conexión con lo divino.

Conclusión

El aura de bienaventuranza es un viaje hacia la unión con lo divino, un proceso que requiere dedicación y un cambio de perspectiva. Al buscar la verdad en nuestra interioridad y alinear nuestras acciones con la voluntad divina, podemos experimentar la verdadera felicidad. Recuerda que, como seres humanos, tenemos el potencial de transformar nuestra vida y alcanzar la salvación en esta misma existencia.